Rajoy:  «No existe alternativa que responda a los deseos de los españoles» 

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Efe- Eso sí, con el aviso de que «el primer requisito para cualquier solución justa es el respeto a la legalidad y a los derechos de todos los españoles».  El líder del PP, Mariano Rajoy, ha argumentado hoy que tras las dos elecciones sucesivas celebradas en España hoy se somete al debate de investidura porque así lo han querido los españoles. «Los españoles me han traído a esta tribuna», ha dicho tras recordar la victoria en las urnas del PP. «Estoy aquí porque así lo han querido los españoles», ha insistido Rajoy durante el discurso con el que ha abierto el debate de su investidura, en el que ha citado ese argumento como la segunda razón, tras la urgencia de que haya Gobierno, por la que se somete a la confianza de la Cámara. El presidente del PP, Mariano Rajoy Brey, hoy durante el debate de investidura en la tribuna del Congreso de los Diputados. Efe.

 El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha mostrado hoy convencido de que su alternativa es la única posibilidad real de que España cuente con un Ejecutivo moderado, y no con una «aventura de radicalismo, ineficacia e incertidumbre».

En su discurso de investidura ante el pleno del Congreso, Rajoy ha subrayado que, frente a lo que él propone, sólo puede haber alguna alternativa que pretenda «juguetear» de nuevo con la paciencia de los españoles o repetir las elecciones.

«Mi propuesta es la única posibilidad real de un Gobierno moderado, que no sea una aventura de radicalismo, ineficacia e incertidumbre», ha advertido, con un convencimiento: «No existe alternativa que responda a los deseos de los españoles» y mucho menos un Ejecutivo «de mil colores e ineficaz».

Además, ha avisado de la necesidad de acuerdos para que el Gobierno sea estable, duradero, sólido y tranquilizador, que no esté sometido a vaivenes constantes porque todos cumplan «con lealtad» sus compromisos.

Sin acuerdo, ha enfatizado, ni siquiera será posible evitar nuevas elecciones.

Rajoy ha iniciado su discurso aportando tres razones por las que se somete a esta sesión: que España necesita un Gobierno con urgencia, que los españoles señalaron «con claridad» su preferencia por el PP y que no existe una «alternativa razonable» a la que él encabeza.

Ha dejado claro que, tras las dos elecciones sucesivas celebradas en España, se somete al debate de investidura porque así lo han querido los españoles. «Los españoles me han traído a esta tribuna», ha dicho tras recordar la victoria en las urnas del PP.

También ha asegurado que bajo su mandato España logró enderezar la situación, en circunstancias muy penosas y en un plazo sorprendentemente breve, salvando al país del desastre.

Ha aprovechado asimismo para agradecer su apoyo a Ciudadanos y a Coalición Canaria, que, a su juicio, «están haciendo lo que hoy es lo mejor para los españoles».

Rajoy ha defendido hoy la unidad de España y la soberanía nacional y, aunque se ha mostrado abierto a estudiar fórmulas para acomodar mejor la necesaria solidaridad interregional, ha advertido de que no ve necesario reformar la Constitución.

«Ni queremos ni nos conviene cambiarla, porque juntos estamos mejor, porque la unidad garantiza además la igualdad y la solidaridad entre españoles», ha señalado en su discurso de investidura, en el que ha dedicado varios minutos a hablar del debate catalán, «una amenaza explícita» contra la unidad territorial de España.

Un desafío que, a su juicio, «paradójica y abusivamente se plantea desde las instituciones autonómicas de Cataluña» pero que «de ninguna manera se puede atribuir a los catalanes en su conjunto».

«Cataluña es mucho más que los políticos independentistas», ha señalado, seguro de que los dirigentes soberanistas «no podrían llevar a cabo sus objetivos sin provocar una enorme fractura de la sociedad catalana» y con el argumento de que esa «supuesta ansia popular insatisfecha y desatendida» carece de fundamento.

Rajoy ha considerado que no es cierto que la autonomía de las regiones españolas implique una cuota de soberanía que permita a cada una de ellas decidir unilateralmente asuntos que afectan también al resto de los españoles.

«En esto no cabe ambigüedad. En términos políticos y constitucionales, el único pueblo soberano en España es el español. Y nada puede menoscabar ese fundamento sobre el que se basa todo nuestro sistema democrático. El pueblo español en su conjunto, es el único soberano», ha proclamado.

Por eso, ha señalado que cualquiera de los diputados representa tanto a los españoles de Cádiz como a los de Valencia, porque se les elige «para representar a la soberanía completa» desde hace 200 años.

«Nadie puede privar al conjunto del pueblo español de su derecho a decidir sobre su futuro. Ni el Gobierno, ni esta Cámara, ni ningún otro poder del Estado pueden hacerlo», ha zanjado.

Para el jefe del Ejecutivo en funciones, la primera obligación del Gobierno y de las Cortes es preservar esa soberanía nacional y, con ella, la unidad de España, la igualdad de los españoles y sus derechos fundamentales.

«No le corresponde al Gobierno interpretar la unidad, sino defenderla tal y como la entienden los españoles y la Constitución», ha apostillado, persuadido de que en cualquier país «la unidad es el primero de sus valores por ser el fundamento de los demás».

En esa línea, Rajoy ha apuntado que la unidad no se ha «inventado» en esta legislatura, porque los españoles forman parte de la misma nación, «la más antigua de Europa», desde hace siglos.

Así, ha concluido que la unidad es el «mejor patrimonio histórico», pero también «la base más sólida» y «más segura» sobre la que proyectar el futuro.

Unidad es lo que, a su entender, exige el respeto a la voluntad que los españoles plasmaron en la Constitución, de manera que «mientras esa voluntad no cambie, así debe continuar».

«Y creo que ni queremos ni nos conviene cambiarla. Porque juntos estamos mejor. Porque la unidad garantiza, además, la igualdad y la solidaridad entre españoles», ha agregado.

Rajoy ha sostenido que siempre ha actuado desde esa convicción y que, como presidente del Gobierno, ha hecho todo lo que podía para que ningún catalán se sintiera desprotegido y su Ejecutivo «ha mantenido una total disposición al diálogo y a la cooperación con la Generalitat», que ha evitado «muchos perjuicios» a los ciudadanos.

Entre otras cosas, ha recordado que se ha evitado el «default» de la deuda pública de la Generalitat y se ha garantizado el cobro de sus proveedores e incluso el de sus funcionarios.

Con todo, ha admitido que está dispuesto también a buscar fórmulas que permitan acomodar mejor «la necesaria solidaridad interregional», porque «una unión más justa y más equilibrada es, sin duda, una unión más sólida y más duradera».

Eso sí, con el aviso de que «el primer requisito para cualquier solución justa es el respeto a la legalidad y a los derechos de todos los españoles».