Redacción – Dos días más tarde una sentencia con penas impuestas a unos actos contrarios al Estado de Derecho (…) una sentencia que impone una pena controvertida por su tibieza al no ajustarse a los graves hechos que la ocasionaron. (…) coches quemados, adoquines arrancados, botellas, pirotecnia… un «tsunami» (Tsunami Democrátic) que asola, no democrático, sólo lleno de odio, programado durante muchos años con el único interés de controlar a la sociedad, someterla a su capricho, romper con la libertad. Sentimientos alterados, una droga adormidera en contra de la racionalidad y así conseguir que los ciudadanos sean dóciles corderitos para que sus validos repitan continuamente la máxima «Espanya ens roba»». Barcelona (España), jueves 24 de octubre de 2019.
Desolación y tristeza
Otra conmemoración del 12 de Octubre, ilusiones encontradas, consignas, banderas, libertades a reivindicar y como colofón el himno nacional. Un balance positivo y también esperanza en que las instituciones preserven los derechos que la Constitución avala para todos los ciudadanos.
Dos días más tarde una sentencia con penas impuestas a unos actos contrarios al Estado de Derecho. La Carta Magna no es una anécdota, no es unas salvas al aire en el inicio de una fiesta popular, es el marco legal que permite el funcionamiento de una sociedad que aspira a prosperar y a vivir en paz.
Una sentencia que impone una pena controvertida por su tibieza al no ajustarse a los graves hechos que la ocasionaron. Una vez más la interferencia en la justicia ha desestabilizado la división de poderes, imprescindible en democracia y ha sido desde el instante que la clase política decidió elegir algunos miembros de los altos tribunales. Como colectivo nacional, esta anomalía nos ha condicionado en momentos claves de nuestra singladura. Varias han sido las ocasiones en las que la verdad ha quedado sofocada por intereses partidistas y esto, queramos disfrazarlo de lo que sea, lo ocurrido raya en la injusticia. Circunstancia que debe ser enmendada en cuanto sea posible si en realidad queremos vivir en un marco presidido por la igualdad de derechos y deberes.
Desde el mismo instante que se dictó dicha sentencia hemos entrado en una ruta con dos carriles, el constitucional y el secesionista. El primero está al amparo de la ley y el otro al margen. Ambos recorridos es imposible cubrirlos al mismo tiempo, lo que obliga a todos y en especial a los servidores públicos, los políticos a definirse por cuál se desea transitar.
Tenemos un presidente en funciones al no haber conseguido la mayoría de apoyos que indica la ley pero se cree con todos los derechos, pasa por encima del protocolo legal, convoca elecciones cuando quiere y como quiere, utiliza los medios institucionales para beneficio personal o de partido, desde audiovisuales hasta los Consejos de Ministros, pero lo más dramático es utilizar los graves altercados ocurridos y que siguen ocurriendo en Cataluña, para tensarlos según le permitan fortalecer su candidatura a dirigir el Ejecutivo.
Coches quemados, adoquines arrancados, botellas, pirotecnia… un «tsunami» que asola, no democrático, sólo lleno de odio, programado durante muchos años con el único interés de controlar a la sociedad, someterla a su capricho, romper con la libertad. Sentimientos alterados, una droga adormidera en contra de la racionalidad y así conseguir que los ciudadanos sean dóciles corderitos para que sus validos repitan continuamente la máxima «Espanya ens roba». Desde hace muchos años esa ha sido la obsesión de un sector social, tener ganancias a toda costa al amparo de la ley para luego subvertirla. Una sociedad descuartizada en canal es el resultado de ese proyecto que combina la consecución de un patrimonio personal con un proceso secesionista.
Varios días de tumultos callejeros mientras los barceloneses veían alterado el ritmo de su ciudad, jóvenes descontrolados, grupos organizados para la violencia, una ciudad iluminada por las barricadas que ardían, mobiliario urbano, propiedades particulares en riesgo , miedo y las fuerzas del orden atropelladas por radicales violentos.
Sobrecogedoras las escenas vividas, las televisiones y móviles dieron buena muestra de ello, la policía nacional presionada, humillada, diana de ataques verbales y físicos. Por su parte el ministro del interior, el señor Marlaska, niega el cariz de los acontecimientos, medias verdades sobre lo sucedido en Cataluña, con promesas etéreas y para cubrir el expediente una visita a los hospitales donde están ingresados los policías que sufren las consecuencias de la barbarie descontrolada, la kale borroka catalana. El señor Sánchez en espera de los efluvios de las encuestas y para no ser el único en no acercarse al escenario de esos acontecimientos, tuvo a bien hacer un viaje tardío y relámpago a Barcelona, con todo el dispositivo de seguridad posible a pesar de que aún no ha catalogado de emergencia nacional la situación fomentada por sus socios políticos
Los ciudadanos reconocen a las fuerzas de seguridad su servicio y su disciplina… Flores, frases de agradecimiento, aplausos son las muestras de cariño hacia los que cuidan del orden y del ejercicio de la libertad. Los únicos que pueden utilizar la fuerza para mantener la convivencia.
Ana María Torrijos