Pedro Sánchez es uno, solo, único, impar, singular. Clama por unidad porque él está en la división, la separación, la dispersión, la discordia, la incompatibilidad, la diferencia y el caos = gobierno de España. Unidad para manipular la justicia, para renovar el poder judicial que le sirva de tapadera.
Y, ya de paso, vamos a probar que se mate a la gente a discreción, como hacen en Bélgica o Canadá con la eutanasia como tapadera, que es la principal función de ese «matar dignamente».
Con voz de plañidera pidiendo, suplicando auxilio. Y se lo pide al distante, al remoto alejado por él más y más cada vez, lo pide a quien no puede oírle, aunque quisiera.
El próximo y cercano, el arrimado vecino que le oye está taponado, rodeado de estrépito, concentrado en sus fantasías, creando ilusiones y soportando voces acusadoras.
Él, que es magnate de la división, la negación, la exclusión, el distanciamiento y el soslayo separador, pide un “todos unidos” para hacer lo que a mí me dé la real gana – nunca más exacto lo de realísima gana.
Él, que sigue una política ciega, incontrolada y avasalladora; que revive los fantasmas del pasado, que reprime y censura la libertad de expresión y muchas, o todas, las libertades.
Él, que elige porteadores para cargar su trono hasta la cumbre del exhibicionismo, del gasto inútil, de la deuda insuperable, del numeroso séquito en su corte de lacayos y saqueadores.
Él, que lanza por delante para ocultarse a las espaldas de roedores de la Patria, destructores del Estado, devastadores de la economía, taladores de empresas y empleo, desmanteladores de instituciones sólidas, creadores de chiringuitos tragaperras y corroedores de la convivencia. Son sus escudos protectores.
Él, que no encuentra límites para desolar España, él pide unidad ¿para ello? Trabajar todos en una misma dirección: mi dirección, mi sueño de grandeza, mi egolatrismo sin medida, mi realísima gana. Es mi política.
¿Política? Sí, su política consiste en demandar unidad, trabajar todos en su dirección. Todos trabajando mientras él contempla desde su elevado trono como se mueve España para él. Eso no es el bien común, es lo opuesto.
Eres tremendamente pequeño porque te sitúas por encima de la gente. Tenías que haber leído a Montesquieu. Estás atrasado Sánchez.
Lo tuyo es todo mentir, engañar, tergiversar, dictar, comprar, someter, castigar, coaccionar, imponer y simular. Todo menos obrero y español, solo PS.
Ahora se desgobierna denodadamente para trastocar la voluntad popular, violentar la Constitución, para someter o anular a la justicia y, con todo ello, subvertir el orden democrático y sustituirlo por la esclavitud de la república comunista: Venezuela como modelo ideal a ser imitado.
Los socios hacen y deshacen, violan leyes y oprimen al pueblo, camino de la muerte por hambre. El reyezuelo caya y otorga, bendice y goza con las canalladas de sus corifeos.
Él, clama por la unidad de todos, que todos alaben, acepten y, servilmente, se sometan a tanta violencia política.
Él habla en nombre de la pandemia, su oportuna colaboradora. Le sirve para todo lo suyo expuesto aquí arriba. ¿Quién de los dos es más tiránico? Bueno, comprar jueces lo es totalmente y matar dignamente, disimula mucho, pero es más tiranía, y si está tapado con una ley, más tiránico todavía. ¿Qué título de gobernante ponemos a este individuo?
Isidro García Getino
