Tomban los presupuestos del Ayuntamiento de Barcelona, a Ada Colau solo le queda la Cuestión de Confianza

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El primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Barcelona, ​​Gerardo Pisarello, (i) junto a la alcaldesa d Barcelona, Ada Colau (d) durante la noche electoral del 24M 2015. lasvocesdelpueblo.

Lasvocesdelpueblo y Agencias – La oposición tumba los presupuestos del gobierno municipal de Ayuntamiento de Barcelona y Ada Colau deberá recurrir a una Cuestión de Confianza para aprobarlos o convocar elecciones. Pisarello admite que ahora habrá que ser «el menos doctrinario posible» y hablar con todo el mundo. Barcelona (España), martes 15 de noviembre de 2016. Fotografía: Noche electoral de las municipales 2015 en España. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, celebrando el triunfo de su partido, ‘Barcelona En Común. Archivo Lasvocesdelpueblo.

La oposición ha tumbado este martes 15 de noviembre de 2016 los presupuestos del gobierno municipal de Barcelona en el marco de la Comisión de Economía y Hacienda.

La alcaldesa, Ada Colau, tendrá que recurrir a la figura de la cuestión de confianza para aprobarlos, como ya hizo en una ocasión el convergente Xavier Trias.

Las formaciones secesionistas: CiU, CUP y ERC junto al PPC y C’s han votado en contra de la aprobación inicial de las cuentas del Ayuntamiento.

El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, aseguró que el gobierno hubiera preferido pactar los presupuestos en lugar de optar por la cuestión de confianza, un mecanismo, dijo, «perfectamente previsible».

Pisarello, sin embargo, ha acusado a los grupos de tener la decisión tomada antes de ver las cifras.

En todo caso, ha constatado que ahora habrá que «ser el menos doctrinario posible y abrir los espacios de diálogo a todos».

Los presupuestos han sido rechazado encomisión con 15 votos a favor y 26 en contra.

El siguiente paso ahora es que Colau firme un decreto para abrir el plazo de 30 días de exposición pública, trámite imprescindible antes de la aprobación definitiva de las cuentas.

De esta forma, el gobierno dará a entender que tiene intención de aprobar los presupuestos aunque hayan sido rechazados en comisión.

Esto implica que será en el plenario del 23 de diciembre, a menos que se convoque uno extraordinario, cuando el gobierno someta las cuentas a votación vinculándolos a una cuestión de confianza.

Si no gana la votación, se abrirá el plazo de un mes durante el cual los grupos podrán presentar una moción de censura, firmada por un mínimo de 21 concejales (mayoría absoluta) y con un candidato alternativo a la alcaldía.

En caso de que esto no suceda, las cuentas quedarán aprobados automáticamente a finales de enero.

Pisarello ha recordado que la legalidad vigente prevé el mecanismo de la cuestión de confianza para que los ayuntamientos no queden bloqueados, ya que no tienen la potestad de disolverse para volver a convocar elecciones.

Ante las críticas que ha recibido por decir que en Barcelona habría presupuestos «sí o sí», el primer teniente de alcalde ha argumentado que esto no quiere decir que fuera la mejor opción o la que deseaba el gobierno, que hubiera preferido tener un presupuesto «con más apoyo, con más acuerdos, enriquecido con la oposición».

«Pero aquí había una predisposición de la oposición a votar que no, había una decisión previamente tomada», opinó.

No ha querido interpretar del mismo modo el rechazo de Ciudadanos y PPC que el de ERC, a quien recordó acuerdos a los que llegaron en el pasado.

A su juicio, los simpatizantes y votantes secesionistas de ERC no entenderán la posición de su partido por mucho que la asamblea de Barcelona haya avalado la estrategia negociadora.

Pisarello aseguró que el gobierno siempre ha estado dispuesto a dialogar con todos, aunque ha remarcado que las «principales afinidades» que tiene son con las fuerzas de izquierdas.

Ahora bien, ha reconocido que la situación política «ha cambiado», y ha concluido que habrá que ser «el menos doctrinario posible y abrir los espacios de diálogo a todos».

CiU acusa al gobierno de dar la imagen de «mártir» Previamente, la portavoz adjunta de CiU, Sònia Recasens, ha acusado al gobierno municipal de querer «dar la imagen de mártir» y presentar la oposición como «un demonio con cola». «Se les ve el plumero, ustedes no tenían ganas de pactar con la oposición, al menos con CiU.

Han preferido quedarse solos y aislados antes de pactar con el grupo mayoritario de la oposición», se quejó.

Recasens también ha aprovechado para preguntar a Pisarello si comparte las opiniones expresadas por el segundo teniente de alcalde, el socialista Jaume Collboni.

«Estas declaraciones están hechas en nombre del gobierno o el socio también los abandona aunque sea ideológicamente hablando y empiezan estrategias separadas?», Preguntó.

La líder de Ciudadanos C’s en el Ayuntamiento, Carina Mejías, ha tachado el rechazo a los presupuestos de «fracaso estrepitoso» del gobierno, y la ha atribuido a su «actitud de enrocamiento y profundamente antidemocrática de negar el diálogo».

Mejías dijo que espera que el giro que plantea Collboni sirva para llevar «sensatez» al gobierno, «que se niega a dialogar y que aplica medidas lesivas de forma unilateral».

En este sentido, ha reclamado poder sentarse a establecer cuáles son las prioridades para poner en marcha una ciudad que desde Barcelona en Común, añadió, «han decidido bloquear».

El líder de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona, Alfred Bosch, ha asegurado que es el gobierno quien está obligando ERC a votar en contra de sus presupuestos, ya que no cumplen los acuerdos suscritos anteriormente con los republicanos y no quieren aceptar la reciprocidad entre las cuentas de Barcelona y los del Parlamento.

El separatista Alfred Bosch ha remarcado que el 98,3% de los militantes de ERC de Barcelona avalan el rechazo a las cuentas porque «comparten la desconfianza derivada de la falta de cumplimiento».

También se ha quejado de la actitud de un gobierno «que dice que quiere negociar pero la realidad no es esa». Citó diferentes declaraciones de miembros del ejecutivo dando por hecha la cuestión de confianza.

El popular Javier Mulleras ha criticado el presupuesto del gobierno municipal porque contiene «todas los axiomas de la izquierda más radical», como una fiscalidad alta, un aumento del endeudamiento y un incremento del gasto del aparato administrativo y burocrático, incluida la publicidad y la propaganda.

Además, recriminó al gobierno que no cumpla con las inversiones que demanda la ciudadanía, como el cubrimiento de la Ronda de Dalt, y en cambio opte por propuestas en contra de los deseos de los barceloneses, como la del tranvía por la Diagonal.

Por su parte, la formación beligerante separatista, CUP, ha avisado al gobierno municipal que ya no les puede pedir «más actos de fe».

El concejal de la CUP Josep Garganté ha avisado al gobierno y el PSC que «ya no puede pedir más actos de fe» a los anticapitalistas, recordando que invistieron Ada Colau y que votaron unas ordenanzas y dos modificaciones presupuestarias.

A su juicio, Barcelona en Común «se ha convertido en lo que venía a combatir» al Ayuntamiento y ha constatado que, como dijo el ecosocialista Ricard Gomà con ocasión de la cuestión de confianza de Xavier Trias, «el alcaldesa ha certificado su aislamiento político y social».

«Con nosotros no cuenten, ni para la aprobación inicial de los presupuestos ni para la cuestión de confianza», concluyó.

Desde el gobierno de coalición municipal: Barcelona En Común y PSOE (PSC), de Barcelona, la concejala de Comercio y Mercados, la socialista Montserrat Ballarín, ha pedido a la oposición que haga una última reflexión antes de votar en contra «de un buen presupuesto, que aumenta la inversión social, que permite la reactivación económica y la creación de puestos de trabajo «.

A su juicio, «es el momento de pensar más en Barcelona y no en intereses partidistas o en otros objetivos o niveles de gobierno superiores».

Ballarín ha lamentado que durante la negociación presupuestaria «se ha hablado poco de políticas y mucho de política», y consideró que el voto en contra de los grupos ya estaba decidido antes de conocer las cuentas.