La madre de familia catalana, Ana María Torrijos, llama a la «reflexión» y asegura «el 9 de Noviembre, un domingo más del calendario, se trucó por decisión unilateral en un quebranto de la Ley. No surgió de repente, sin previo aviso, todo lo contrario se fue gestando infracción tras infracción, en espacios y momentos planificados con toda impunidad hasta ahora, por no impedirlo quíen tiene la obligación de hacerlo, el Gobierno.
Lo sucedido me alienta a recapitular e intentar valorar la calidad de la acción política durante estos tres años de legislatura. Muchas fueron las expectativas puestas en el sufragio que cada español introdujo en la urna, con el propósito de reformar todo lo que fuere necesario y trazar programas de reactivación económica.
En ese proceso crítico, guiada por mi carácter profesional, me cuestiono la situación en la que se encuentra la Enseñanza, por ser un pilar vertebrador de estabilidad, de cohesión y de justicia social. Calidad y solidaridad en la formación del individuo permiten a los sectores de la sociedad menos favorecidos economicamente tener igualdad de posibilidades en la escala social y laboral.
Un alto fracaso escolar, unos muy bajos resultados de evaluación a nuestros escolares por falta de comprensión lectora y una universidad endogàmica, costosa e incapaz de proyectar a sus licenciados hacia los mejores puestos de dirección en una sociedad necesitada de ellos, dificulta el desarrollo de la convivencia dentro de un marco legal.
El Gobierno anunció y prometió una profunda reforma en los planes de estudio, pero a medida que el proyecto avanzaba en los trámites parlamentarios, se rebajaban los grados de exigencia frente a las presiones de los nacionalistas. El ministro José Ignacio Wert ha preferido tomar un atajo vergonzante para sortear la obligación del uso vehicular del castellano en la escuela, sea en Cataluña o con distintas variaciones de implantación en Galicia, País Vasco, Valencia y Baleares. Tampoco ha impedido que con sibilina disciplina se interfiera en la configuración de las mentes de nuestros niños y adoslescentes al manipular los secesionistas la Historia, con la única intención de proyectar para el presente y el futuro sentimientos negativos contra España, lo que minará paso a paso el constitucionalismo democrático. La lengua se utiliza para crear barreras que dificultan la movilidad de los ciudadanos y también se instrumentaliza la escuaela para forjar conciencias predispuestas a destruir la Nación, el Estado y la Histpria que nos une a todos.
La decisión del Ejecutivo que en vez de simplificar la administración y facilitar la eficiencia de los funcionarios, reclamo a voces por una gran parte de los electores, prefirió apostar por la medida más fácil y rápida ante el déficit presupuestario, una carga impositiva asfixiante sobre la clase media, el sector social que más aporta a Hacienda y que es la garantía del Sistema parlamentario. Esta decisión ha permitido la continuidad de múltiples entidades anexas al poder político, excesivos cargos de libre elección, funciones administrativas superpuestas, subvenciones a raudales para goce y disfrute de partidos políticos y sindicatos, trasnformando la práctica política en el mayor fraude ocasionado al electorado.
No sería ético por mi parte olvidarme de nuestros mayores que después de cotizar a lo largo de su vida laboral, aún ahora deben ayudar con sus módicas pensiones a hijos y nietos por no haber sabido el equipo de gobierno sortear la crísis económica, conseguir parar la caida del empleo y ni recuperarlo con la intensidad necesaria. Este período de legislatura ha abandonado las decisiones políticas tan esperadas y necesarias, preocupándose sólo de las apuestas financieras. Cabría preguntarle dónde están las garantias de una buena política antiterrorista, de la despolitización de la Justicia, la defensa de los derechos de los ciudadanos en todo el territorio del Estado, de la reforma de la ley del aborto y de la ley electoral «un ciudadano, un vot».
Una mayoria absoluta tan amplia permitía ofrecer a todos los españoles un proyecto de nación que entusiasmase, que nos convenciera de nuestras posibilidades y por encima de todo que acuñase la frase medular de toda democracia -iguales ante la ley- . Si la respuesta no llega a tiempo, con firmeza y convicción, no confie en los resultados electorales Sr. Rajoy.
<Redacción – Ana Maria Torrijos>
