Barcelona (España), domingo 25 de febrero de 2024 (Agustín Ángel Fariña Peña).- La soldado Susana violada en el cuartel; […] Susana entró de puesto de guardia en una de las zonas de máxima seguridad del acuartelamiento. […] nuestra soldado marchó hasta las instalaciones militares femeninas con el objetivo de darse una buena ducha caliente y reconfortante. De repente, el indeseable del comandante de la Guardia ( Cabo 1°) entró y cogiendo por sorpresa a la soldado Susana, la violó despiadadamente sin pena ni contemplación alguna.
- La obsesión del Cabo 1° era tan grande que lo tenía totalmente ciego y no pasaría mucho tiempo en que cometiera una nueva locura, esta vez aún mucho más desgarradora
- Ella interpuso denuncia no solo por la vía civil ordinaria judicial sino también por vía Justicia militar
- ¿Fariña, tú que estás ahí? Habla de mi caso. ¡Ayúdame! Ya no puedo más. Ya no quiero seguir viviendo»
Esta historia militar «La soldado Susana violada en el cuartel», que os traigo hoy no es falsa, es una historia basada en hechos reales. La soldado Susana (nombre ficticio para que no sea más perjudicada) sufrió una de las cosas más horrorosas que se le pueden hacer a una mujer: mantener relaciones sexuales sin consentimiento y utilizando la fuerza o lo que es lo mismo, una violación. Sé que lamentablemente en nuestro país, esto viene siendo ya el pan de cada día, pero la singularidad de este aberrante caso sí que es algo más inusual, ya que los hechos ocurrieron dentro de un recinto militar.
La soldado Susana violada en el cuartel| Susana, Andaluza hasta la médula, comenzó su andadura militar como soldado Profesional Militar de Tropa y Marinería (MPTM), en el Ejército Español. Muy poco tardó en descubrir que no se había equivocado de profesión ya que su amor por nuestra amada Patria creció y aumentó una vez hizo el sagrado juramento a nuestra enseña nacional, el día que llegó su jura a la bandera. Lo que no se esperaba esta gran mujer y militar era lo que le depararía su futuro una vez ya dentro de filas, vivir un auténtico calvario e infierno sin que nadie se lo pidiera ni se lo llegara a ofrecer, otra historia real más totalmente injusta, desproporcionada y a la vez, me atrevo a decir tan sangrienta, que por ello, el Ministerio de Defensa del Gobierno de España sigue ocultando a los medios de comunicación y a los más importantes, todos los ciudadanos de nuestro pueblo.
Al poco tiempo, la soldado Susana conoce y posteriormente comienza una relación sentimental con un Cabo 1° que coincide con ella en el mismo destino. Todo marchaba bien, fabuloso, a las mil maravillas, ella cada vez más se sentía entusiasmada y enamorada hasta que llegó el momento y ambos decidieron avanzar un paso más en su relación, comenzando a vivir juntos. Y a partir de aquí de repente por un mal destino que ella desconocía y no merecía comenzó a fraguarse su propio infierno personal, tanto humano como militar.
Ese Cabo 1°, al poco tiempo comenzó a maltratarla. Primero fue verbalmente con insultos, desprecios y vejaciones hasta que el mismo pasó a la acción -el famoso en estos casos «macho ibérico», ese que es capaz de enfrentarse a una mujer y pegarle- pero por lo contrario su valentía la ve peligrar cuando un hombre de verdad le hace cara, frente a frente. Llegó el día en el que Susana recibió tal paliza a base de golpes que ya no pudo más, denunciando a su maltratador y dando así al mismo tiempo por terminada su relación sentimental con el mismo, abandonando el domicilio que mantenían mutuamente. Ella interpuso denuncia no solo por la vía civil ordinaria judicial sino también por vía Justicia militar.
La soldado Susana violada en el cuartel| ¿Creen que aquí terminó todo? Sigan leyendo porque hasta aquí hemos llegado a lo más suave de esta historia real aunque parezca más bien ficticia. No, todo lo contrario, y me reitero en ello, muy real. Lógicamente, tras la gravedad de los hechos ocurridos, la soldado Susana, por el miedo y terror que sentía por estar destinada en el mismo Acuartelamiento Militar que su agresor maltratador, decide hablar con sus superiores militares y, finalmente, solicita de forma urgente un cambio de destino. Ella estaba mal, atemorizada, no quería dejar su gran sueño tirándolo todo por la borda, ser una soldado del Ejército del Reino de España, pero quería mantenerse lo más lejos posible de ese ser repugnante y tan poco hombre.
«¿Pero esto qué es?». Así se preguntó la víctima al cabo de muy poco tiempo. «¿He denunciado a mi maltratador que tiene una Orden de Alejamiento sobre mí y le han concedido cambiar de destino y que nuevamente esté cerca de mí y yo bajo sus órdenes? Sí, apreciados lectores. Así es. ¿Asombroso, verdad? El Ejército y los superiores del Cabo 1° -que estaban al tanto de la gravedad de todo lo ocurrido- admitieron su solicitud, pasándose a la misma Justicia por el arco del triunfo, como suele ser habitual, y tramitando la solicitud. Y consintiendo así que la pesadilla de la soldado Susana volviera a estar ahí, acechando nuevamente a su víctima preferida. La obsesión del Cabo 1° era tan grande que lo tenía totalmente ciego y no pasaría mucho tiempo en que cometiera una nueva locura, esta vez aún mucho más desgarradora.
Hasta que llegó el día del fatal y horroroso desenlace para Susana, algo que se veía venir, pero que a ciertos mandos militares parece ser que les daba igual que ocurriera algún tipo de desgracia, mirando hacia otro lado. Sentencias a favor de la soldado, condenando a su maltratador y nada y con orden de alejamiento, aquí no pasa nada, dejemos que vuelvan a estar juntos que el amor y la obsesión del Cabo 1° todo mal curará. Ese día, como es habitual y de costumbre para nuestros soldados, Susana entró de guardia de seguridad -guardias que tienen una duración de 24 horas- junto a otros compañeros de Tropa. ¿Pero sabéis quién era el comandante de la Guardia ese día? Sí, señor. Si habéis pensado mal habéis acertado: ni más ni menos que su expareja, el Cabo 1°, espeluznante es sólo pensarlo.
La soldado Susana violada en el cuartel| Susana entró de puesto de guardia en una de las zonas de máxima seguridad del acuartelamiento. Estaba muy nerviosa, no se encontraba nada bien ni agusto ese día, su maltratador ahí estaba, nuevamente más cerca de ella que nunca, le temblaban las piernas y no podía ni comer. Cuando le llegó el relevo para que ella pasara ya a descansar, nuestra soldado, marchó hasta las instalaciones militares femeninas con el objetivo de darse una buena ducha caliente y reconfortante. ¡Maldita ducha! De repente, y con total sigilo, el indeseable de su expareja, sin permiso alguno hasta cometiendo un presunto delito, ya que dentro de las Fuerzas Armadas Españolas está totalmente prohibido el acceso a las zonas femeninas por parte del personal masculino, entró en las mismas, y cogiendo por sorpresa a la soldado Susana, cometió algo tan grave hecho por un hombre que solamente es superado por un asesinato, la violó despiadadamente sin pena ni contemplación alguna.
A la mañana siguiente, Susana lógicamente traumatizada por lo ocurrido, dio parte verbal de lo ocurrido a varios mandos militares, entre los que se encontraba una mujer, Oficial del Ejército que trabajaba en el botiquín médico del acuartelamiento, que tras escucharla le espetó algo tan absurdo como ilógico. «Deja las cosas así Susana, no vas a conseguir nada si lo denuncias, conseguirás todo lo contrario, que vayan a por ti y des por terminada tu etapa en el Ejército como Soldado». Susana nunca se rindió ni hoy en día se ha hundido. Se resiste a ello porque psicológicamente le destrozaron la vida y aún peor, los que tenían que haber evitado lo ocurrido y haberla ayudado, denunciado a su violador, miraron para otro lado y la dejaron totalmente abandonada, como quien dice por ahí «te pudras».
«¿Fariña, tú que estás ahí? Habla de mi caso»
Esta buena soldado, que tiene a su cargo a una hija, ha sido ingresada en diversas ocasiones por intentos de suicidio en un psiquiátrico en la zona sur de España. Ella y yo hablamos telefónicamente muy a menudo, ambos hemos sufrido injusticias y ambos nos apoyamos mutuamente. Tengo en mi poder apreciados lectores, la carta que ella escribió de 15 páginas, dirigida a varias personalidades de las más altas esferas de nuestro País, una carta que te rompe el alma y te hace saltar las lágrimas porque te hace vivir lo aterrador que esa soldado vivió. Nunca podré olvidar, estando yo en mi primera huelga indefinida reclamando mis derechos, frente al Congreso de los Diputados en Madrid. Un día, comenzó a sonar mi teléfono móvil. Al mirarlo, aquel número fue para mí totalmente desconocido. Al descolgar y preguntar de quién se trataba, era ella, Susana, casi no la pude entender, estaba de nuevo en el psiquiátrico, se había tomado unas pastillas para intentar nuevamente quitarse la vida. «¿Fariña, tú que estás ahí? Habla de mi caso. ¡Ayúdame! Ya no puedo más. Ya no quiero seguir viviendo». Lo tengo grabado en mi mente como si hoy mismo hubiera ocurrido, a pesar de ya pasados unos buenos años. Ahí está, en lo más profundo de mi mente.
La soldado Susana violada en el cuartel| Ese día recuerdo que me olvidé de mí, de mi huelga, de mis reivindicaciones, de todo; absolutamente todo. Entré en desesperación total al haber escuchado así a mi compañera. Me había desgarrado el alma y por tal desesperación hasta me puse a llorar como un crío, de impotencia y ansiedad por no saber qué hacer o cómo actuar en tan delicado momento. Hasta que la casualidad del mismo destino hizo que en el lugar donde yo me encontraba, en la Plaza de las Cortes, con mis pancartas y demás se acercó una mujer. Se interesó por mi caso y me dijo que era Diputada del Grupo Parlamentario de del partido político PODEMOS. Mi contestación no fue ni pensada, actué como habría actuado otro ser humano en mi lugar. Tras explicarle lo ocurrido tras esa llamada, le dije: «¡Olvídese de mi caso ahora, por favor. Tome lo necesario del caso de esa soldado (Susana), tome también su número de teléfono. ¡Daos prisas! Está intentando otra vez acabar con su vida. Pasaron los días, semanas y meses y a Susana, nuestra Soldado, nadie la llamó y nadie se puso en contacto con ella. Después me vienen a mí en este País con el feminismo; ese feminismo que dice «luchar por las mujeres» y por «sus derechos», pero la cruda realidad es que han montado otro chiringuito de Pepe, para «los», «las» y «les» de su creadora: la cajera Irene Montero Gil —quién llegó a ser ministra de Igualdad a base de «polvos mágicos» con su jefe del partido político, el tal Pablo Manuel Iglesias Turrión.
LA CRÍTICA
Primero. Según me manifestó la propia soldado Susana, la citada carta de 15 páginas, entre otras personas se la envío a: Su majestad el Rey de España, ministra de Defensa y a Zaida Cantera Lozano, ex capitán del Ejército y actual diputada por Madrid del PSOE. ¿Por qué nadie le ha llegado a contestar? ¿Por qué nadie se ha llegado a reunir con ella? ¿Por qué nadie ni tan siquiera se ha puesto en contacto con la soldado, al menos para preguntarle cómo se encuentra y darle apoyo moral y psicológico? Ha de ser que la historia, este caso tan repugnante, es otro claro ejemplo de las vergüenzas que siguen ocultando, tapando y callando, el ministerio de Defensa del Gobierno de España.
Segundo. ¿Cómo es posible que tras una brutal paliza y denunciado y condenado ese Cabo 1° con una orden de alejamiento, sus superiores -que estaban al tanto de todo- permitieran y así lo tramitaron el cambio de destino para volver a estar junto a la soldado Susana? Alguien en su sano juicio nos lo podrá explicar alguna vez? ¿Para cuándo serán castigados, arrestados y encerrados en prisión militar toda esa cadena de mando que permitió tal locura y se pasarán por el forro la misma sentencia judicial firme a favor de la Soldado?
La soldado Susana violada en el cuartel| Tercero. ¿Cómo es posible que a una misma soldado (Susana) le llegaran a abrir hasta tres expedientes de pérdida de actitud psicofísica y nunca fuera cesada de inmediato por la gravedad de los hechos de las Fuerzas Armadas Española? Aquí sí que yo lo tengo muy claro. La tenían que seguir teniendo ahí, sometida, sabían que si la sacaban del Ejército y Susana sacaba a la luz todo lo ocurrido, en este País se hubiera armado la de San José Apóstol. ¿Verdad? Yo no cabía en mi asombro cuando comencé mi huelga de hambre ante el Ministerio de Defensa en el año 2021, cuando hablé con Susana y me dice: «Fariña, que ya he cumplido los 45 años y me siguen manteniendo de baja médica y cobrando». ¿Asombroso por qué? Os lo explico brevemente. En el mal llamado «Ejército de Tropa Profesional Militar de España» a los 45 años termina tu compromiso con las Fuerzas Armadas y a la calle. ¿Qué ocurrió con Susana? ¿Por qué no se siguió con el mismo protocolo con ella? Claro, mucho miedo al escándalo a nivel nacional. ¿Verdad? Es muy fuerte todo lo vivido y soportado por esta mujer.
Cuarto. Ya para finalizar mi crítica. Era tanto ese citado miedo que tenían cuando ya ocurrió lo más desgarrador de este Caso que a Susana durante muchos años la mantuvieron de baja psicológica, en su casa sin pisar el cuartel, y como ya he comentado, pagándole su Sueldo tal cual, como si estuviera de alta trabajando. ¡Qué bien se os da callar y ocultar las atrocidades más grandes que ocurren en este País! ¿Cómo tenéis de engañados a los ciudadanos, Ministerio de Defensa del Gobierno de España?
¡Susana, siempre contigo! Como los buenos y fieles compañeros que en la guerra, o salimos todos del campo de batalla o morimos todos en él. El que nos abandone es un infiel a su juramento, un traidor a la Patria. ¡No dejes de luchar; sigue como yo hasta el final, que pague desde el primero hasta el último de los mandos que consintieron todo esto. Así como también Defensa y como no, al más que le tengo ganas en esta vida, tu maltratador y a la vez violador. Aunque como ya te he dicho, o eres una Zaida Cantera -que se lo montó como nadie a base de darle penita a toda España, saliendo por las cuatro esquinas del País llorando en los medios de comunicación y en un «Salvados» de la mano de Jordi Évole- o a luchar bastantes años por nuestra justicia y derechos. Ya ves y ahí está la Zaida Cantera montada en el dólar, riéndose de todos los españoles de bien, cuando es una auténtica traidora de militares, haciéndole ascos a casos muchos más machistas y aberrantes como el tuyo propio. Compañera, y eso que a ella, simplemente un Teniente Coronel le puso la mano en uno de sus muslos. ¡Vamos! Nada que comparar, si es que comparamos esa mano con la gravedad de una violación como fue en tu caso| La soldado Susana violada en el cuartel.
¡A España, servir hasta morir!
Agustín Ángel Fariña Peña,
Soldado de Infantería Ligera del Reino de España